Catherine
Bush (Bexleyheath, Kent, 30 de julio de 1958), conocida como Kate Bush4, es
una cantoutora, artista,
productora y actriz británica. Fue apadrinada en su
infancia por el guitarrista de Pink Floyd, David Gilmour, quien la ayudó a
obtener un contrato con EMI.
Debutó en 1978 con el sencillo «Wuthering Heights», que alcanzó el número 1 en las listas musicales británicas durante cuatro semanas, convirtiéndose en la primera cantautora en llegar al número 1 en Billboard 10 y en la primera mujer en encabezar las listas de música en el Reino Unido con sus discos.
Tres de sus discos, "Never for Ever" (1980), "Hounds of Love" (1985) y "The Whole
Story" (1986), alcanzaron el número 1 en ventas y, a lo largo de su trayectoria,
publicó 26 sencillos, incluyendo canciones como «The Man with the Child in His
Eyes», «Wow», «Babooshka», «Running Up That Hill», «Don't Give Up» o «King of
the Mountain», que llegaron al Top 40.
Considerada
una de las máximas referentes del art pop es
conocida por su letras no convencionales, estilo ecléctico, experimentación
musical y temáticas literarias15 que
han servido de inspiración
para otros artistas de otros géneros
y épocas como Ellie Goulding, Coldplay,
Adele y Björk.
En 2002 obtuvo el premio
Ivor Novello por su contribución a la música británica. Fue
nominada 2 veces, en 2018 y 2021,
para su inclusión en el Rock and Roll Hall of Fame.
En 2013 fue condecorada por la monarquía británica, como Comendadora de la Orden del Imperio Británico, ceremonia presidida por la reina Isabel II.
Catherine Bush nació el 30 de julio de 1958 en Bexleyheath, en Kent, Reino Unido, en el seno de una familia de clase media. Su familia fue clave en la crianza musical de Kate, ya que Hanna Bush era una bailarina tradicional de la cultura irlandesa, Robert Bush era pianista aficionado, Paddy era luthier (fabricante y reparador de instrumentos musicales acústicos) y John era poeta y fotógrafo, además de que ambos hermanos eran conocidos en la escena folk local.
A la
edad de 16 años fue descubierta por David Gilmour de Pink Floyd, quien quedó
asombrado con el talento de la joven Cathy. Logró entonces, por mediación de
Gilmour, grabar algunas de sus canciones y, pronto, la discográfica EMI se
interesó por sus composiciones. Sin embargo, una vez que Cathy, a partir de ese
momento Kate, firmó un contrato con la casa de discos, no se sumergió
directamente en la grabación de su primer trabajo, sino que durante tres años
recibió clases de mimo, danza y canto, de manera que pudo desarrollar con
creces sus aptitudes y lograr un conocimiento musical profundo.
Llegada
a la edad de 19 años, Kate Bush se embarcó en la difícil tarea de registrar sus
canciones en el que sería su primer álbum, lanzado en 1978, “The Kick Inside”,
que supuso una propuesta alternativa en un momento en el que el mundo parecía
vacilar entre la agitación punk y el disco-pop más descarado. Ciertamente,
algunas de las canciones de “The Kick Inside” pueden llegar a resultar
difíciles al escucharlas por primera vez. Combina balada romántica con aires de
rock psicodélico, folk y reggae. Canciones como la jubilosa «Kite», la
fantasmal «Moving» o «The Man With The Child In His Eyes», podrían considerarse
algunos de los momentos más significativos del disco, en el cual la particular
voz de Kate se apoya en una producción que combina pianos, violines y guitarras
psicodélicas.
Si
una canción puede representar significativamente el éxito inesperado de Kate Bush,
quizás sea el sencillo «Wuthering Heights»: el tema, inspirado en la trágica
historia de amor de Cathy y Heathcliff, personajes de la novela Cumbres
Borrascosas, de Emily Brontë (en concreto en la aparición onírica del personaje
de Cathy a otro personaje secundario), se convirtió en uno de los sencillos más
exitosos en las listas musicales europeas, llegando a alcanzar el n.º 1 de la
lista de sencillos británica durante varias semanas. Nunca más Kate Bush
llegaría tan alto en las listas musicales. El videoclip lanzado para la
promoción muestra a una jovencísima Kate Bush caracterizada como un espectro
que danza atormentado en un paisaje de niebla.
Unos
meses después del éxito de “The Kick Inside” salió a la venta su segundo
trabajo. “Lionhear” presentaba en la portada a una Kate Bush disfrazada de león
en una postura a medio camino entre defensiva y provocativa. El contenido del
álbum continuaba el estilo de su predecesor: presencia generalizada de baladas
sensuales y cargadas de cromatismos y matices, con el acompañamiento casi
constante del piano. Sus sencillos «Symphony In Blue», «Wow» y la trágica
«Hammer Horror» no alcanzaron lo más alto de las listas de ventas, pero la
popularidad de Kate Bush se afianzó. La temática de las canciones es sorprendente
y variopinta: Bush canta acerca de Peter Pan, los filmes de terror gótico y
trata temas como la homosexualidad («Kashka From Bagdad») o la sexualidad en
general («Symphony In Blue»).
Será en 1980 cuando Kate Bush decida dar un giro a su forma de concebir canciones: “Never for Ever”, su tercer trabajo, fue compuesto y grabado empleando casi exclusivamente sintetizadores y cajas de ritmos. El abandono progresivo del piano clásico impulsó el uso casi sistemático de nuevos instrumentos electrónicos, que permitieron a la cantante ampliar sus horizontes sonoros y crear nuevos efectos. Las canciones viajan por territorios tan dispares como la balada folk («Army Dreamers»), los experimentos corales («Night Scented Stock»), o el pop impregnado de sonidos medievales y orientales («All We Ever Look For», «Babooshka»).
“The
Dreaming”, posiblemente sea este el álbum más controvertido de Kate Bush:
lanzado en 1982, supuso la primera vez que la artista tomó personalmente las
riendas de la producción, dando a luz un trabajo laberíntico y lleno de sonidos
que deleitaron a algunos y desconcertaron a otros. El camino a la
experimentación abierta con Never for Ever daba sus frutos: Bush volvió a usar
el sintetizador Fairlight CMI y la voz de la cantante se puso al servicio de
las composiciones.
Tras
el linchamiento al que fue sometido su álbum “The Dreaming” por ciertos
sectores de la prensa musical y del público en general, Kate Bush optó por
encerrarse en su hogar: allí instaló un estudio de grabación personal de 48
pistas. Se rodeó de amigos y de instrumentos musicales de todo tipo y,
lentamente, durante casi tres años, gestó “Hounds of Love”, que le devolvió el
reconocimiento de la crítica y el aplauso del gran público. “Hounds of Love” es
una colección de canciones organizada en dos partes, como si de una suite se
tratase: la primera parte está integrada por varios cortes pop de distinto
estilo (la sinfónica «Cloudbusting», «Running Up That Hill» o «The Big Sky»). La
segunda parte se titula The Ninth Wave y relata, de forma difusa, a lo largo de
las canciones, la historia de una mujer perdida en el océano: sus pensamientos,
delirios y vivencias quedan recogidos en temas como «Watching You Without Me»,
«Under Ice» o «The Morning Fog». La voz de Bush alcanza en este álbum quizás
sus registros más sorprendentes y emocionantes.
Aires
celtas, inspiración oriental, clasicismo sinfónico e incluso hard rock parecen
combinarse en una coctelera musical que da como resultado el trabajo más
aplaudido hasta la fecha de la cantante británica. En Inglaterra alcanzó ventas
millonarias y, en los Estados Unidos, supuso su primer gran éxito: los
sencillos «Running Up That Hill» y «Cloudbusting» gozaron de una gran difusión
en las radios y canales televisivos.
Como
broche a su fructífera producción musical, durante la década de los ochenta,
Kate Bush editó en 1989 su sexto álbum, “The Sensual World”. Once canciones
conforman el, hasta entonces, disco más accesible y ameno de la artista. Los
temas están producidos transformando sonidos más propios del folk y la world
music en canciones pop. La voz de Kate recorre en este álbum múltiples
registros: susurros en «The Sensual World», energía en «Love And Anger» (en la
cual David Gilmour, toca la guitarra) o armonías a capela en «Rocket's Tail»
(acompañada por el Trío Bulgarika).
En “The
Sensual World” abandona, en parte, la línea de sus trabajos anteriores para dar
a luz canciones cargadas de personalidad, pero carentes de la hasta entonces
casi inevitable aura de extravagancia. Los temas «The Sensual World», «This
Woman's Work» y «Love And Anger» tuvieron notable éxito en Gran Bretaña, donde
el álbum logró situar de nuevo a Bush en lo más alto de las listas de éxitos.
En
los últimos años de la década de los ochenta, Kate Bush colaboró con otros
artistas, como Peter Gabriel, con quien grabó en 1987 el exitoso dueto «Don't
Give Up». Sin embargo, tras “The Sensual World”, pasaron cuatro años, hasta
1993, en que fue lanzado el que sería su séptimo disco de estudio, titulado “The
Red Shoes”. Este es, hasta la fecha, su trabajo menos aclamado, quizá porque en
él Bush sacrificó gran parte de su original estilo para concebir un álbum
alejado de aquel sonido.
Algunos
han afirmado que la causa de dicho cambio fue el deseo inicial de Bush de
concebir un disco que pudiera ser interpretado con facilidad en directo; sin
embargo, lo cierto es que todas las canciones del álbum formaban parte de un
proyecto audiovisual titulado The Line, The Cross and The Curve, mediometraje
musical protagonizado por la propia Bush, pero cuyo resultado no logró cubrir
sus expectativas. Prince llegó a colaborar en una de las canciones, aunque los
temas más destacables del álbum son la roquera y alocada «Rubberband Girl» y la
emocionante balada «Moments Of Pleasure», dedicada a sus familiares y amigos
fallecidos, con orquestación a cargo de Michael Nyman.
“The
Red Shoes” decepcionó a la crítica y a muchos fans, y Kate Bush decidió tomarse
un tiempo para descansar y alejarse del mundo musical: este aislamiento, en
principio proyectado como breve, se prolongaría durante casi 12 años.
Finalmente,
tras ese largo paréntesis sin hacer acto de presencia en eventos sociales,
ofrecer conciertos o conceder entrevistas, Kate Bush rompió su aislamiento y
silencio en noviembre de 2005, lanzando al mercado su octavo trabajo de estudio,
titulado “Aerial”, producido por ella misma. De nuevo Kate recurre al concepto
de obra dividida en dos partes (como en su anterior trabajo “Hounds of Love”),
por medio de dos discos titulados “A Sea of Honey” y” A Sky of Honey”,
respectivamente. Algunos críticos han aclamado el trabajo de Bush,
considerándolo un fabuloso retorno a la altura de sus mejores obras. En este
sentido, a las pocas semanas de su lanzamiento logró posicionarse en el tercer
puesto de la lista de ventas británica.
“A
Sea of Honey” (Un mar de miel) es una colección de canciones de corte pop,
impregnadas del ya clásico misterio y sensualidad de la música de Kate Bush. La
producción alterna el sonido orgánico de instrumentos reales con algunos toques
de electrónica puntuales. El sencillo «King Of The Mountain» es una extraña oda
dedicada a un Elvis Presley supuestamente aún vivo, oculto en las montañas.
Construida sobre una base reggae, en la que sobresale una guitarra eléctrica
algo desafinada, así como efectos de sonido que evocan el ulular del viento en
las alturas. En «π», Bush musita una larga lista, con 118 dígitos del número π,
sobre una hipnótica base electrónica acompañada de guitarra acústica. «Bertie»
se inspira en la polifonía renacentista. En ella, Bush narra la felicidad de ser
madre, dedicando el tema a su hijo. «Mrs Bartolozzi», con solo voz y piano y un
sonido próximo a Debussy, narra la historia de amor entre una camisa y una
falda enredadas en el tambor de una lavadora. «Joanni» tiene como personaje
central a Juana de Arco. El disco lo cierra la balada «A Coral Room», al
parecer, dedicada a la fallecida madre de Bush.
“A
Sky of Honey” (Un cielo de miel), la segunda parte de “Aerial”, reúne varias
canciones construidas en torno a un denominador común: el canto de los pájaros,
que inspira algunos de los temas y acompaña en ciertos momentos el arranque o
final de estos. Rolf Harris colabora en los cortes «An Architect's Dream» y
«The Painter's Link», así como Michael Kamen, que dirige los arreglos
orquestales de canciones como «Prologue» o «Nocturn». En «Aerial Tal», Bush
imita el trino de las aves sobre el canto verdadero de un pájaro. Quizá el
corte más logrado de esta segunda parte sea «Sunset»: inicialmente la voz de
Bush entona una melodía sobre lo que parece un acompañamiento jazz que, hacia
la mitad del tema, se transforma en una explosión rítmica de sonidos flamencos
y brasileños, acompañada de jubilosos coros.
Precisamente por “Aerial”, Kate Bush fue nominada a dos premios Brit en la ceremonia de 2006, en las categorías de Mejor Álbum Pop Británico y Mejor Artista Femenina Británica.
Artistas como Tori Amos, Rufus Wainwright, Tricky, Björk, John Lydon, Angra, Within Temptation, Placebo o Allison Goldfrapp han demostrado su admiración hacia la figura de Kate Bush, una de las pioneras del pop experimental.
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